EL CINE MUDO
El cine mudo es aquel cine en el que no hay sonido sincronizado (especialmente diálogos) y consiste únicamente en imágenes.
La idea de combinar las imágenes con sonido grabado es casi tan antigua como la cinematografía en sí, pero hasta finales de los años 1920, la mayoría de las películas eran silentes. Este período anterior a la introducción del sonido se conoce como la "era muda" o el "período silente". Después del estreno de El cantante de jazz, las películas sonoras fueron cada vez más habituales y, diez años después, el cine mudo prácticamente había desaparecido. La era del cine silente, a menudo, es referida como "La edad de la pantalla de plata".
Suele hablarse de cine mudo, de la época silente o muda, y esto no es del todo exacto aunque es cierto que las proyecciones no podían por sí mismas sino mostrar imágenes en movimiento sin sonido alguno. Pero las proyecciones en las salas iban acompañadas de la música tocada por un pianista o una pequeña orquesta y además comentada por la voz de un explicador, imprescindible figura que hacía posible que multitudes analfabetas o inmigrantes desconocedores del idioma entendieran la película. Además las productoras encargaban partituras originales para sus películas más prestigiosas, con lo que al cine ya sólo le faltaba hablar, pero se tenía ya la concepción de una obra creada entre la imagen y el sonido. El cine mudo, en realidad, mudo del todo, en cierto modo no era.
El cine mudo europeo
Mientras tanto, el cine seguía otros caminos en Europa. Allí, el sentido del negocio se basó en el monopolio del celuloide. Surgieron grandes empresas cinematográficas que, con Francia a la cabeza, dominaron el mercado mundial hasta la Gran Guerra, en que su hegemonía fue reemplazada por la de la industria estadounidense. Hasta 1914, Europa, con productoras como la Gaumont, la Pathé o la Itala films, dominaron los mercados internacionales. Así, el cine cómico francés, con André Deed y Max Linder o el colossal italiano, con grandes escenografías y participación de extras, en películas como Quo vadis? (1912) o Cabiria (1914) fueron la escuela donde aprendieron Charles Chaplin y el cine cómico norteamericano o David W. Griffith que asumió los presupuestos del peplum en Judith de Betulia o Intolerancia. Más tarde Europa sufrió una patente decadencia debido a la Primera Guerra Mundial, que marcó la pérdida de la preponderancia internacional de su cine.
Aun así, tras la guerra, se crearon obras maestras que iban a hacer escuela. El movimiento más importante en estos años fue el Expresionismo, cuyo punto de partida suele fijarse con la película El gabinete del doctor Caligari (1919), y cuya estética extraña y alienada respondía a los miedos de la Europa de postguerra, seguida después por Nosferatu, el vampiro (1922). También, en paralelo al movimiento surrealista en pintura y literatura, surgió un cine surrealista, cuyo exponente más célebre es Un perro andaluz dirigida por Luis Buñuel.
Por su parte el cine nórdico contaba con las figuras de Victor Sjöström y Mauritz Stiller en Suecia y Finlandia respectivamente.
Sir Charles Spencer Chaplin,
KBE (Londres, 16 de abril de 1889 – Vevey, Suiza, 25 de diciembre de 1977) fue un actor cómico, compositor,productor, director y escritor británico. Adquirió popularidad gracias a su personaje Charlot en múltiples películas del período mudo.1 A partir de entonces, es considerado un símbolo del humorismo y el cine mudo.2 Para el final de la Primera Guerra Mundial, era uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía mundial.
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